La creciente demanda de alimentos saludables, impulsada por el aumento poblacional y cambios en los hábitos alimenticios, ha transformado la percepción de la agricultura. El sector, antes dominado por empresas familiares, ahora atrae grandes capitales privados, fondos de pensiones e incluso fondos soberanos de países. Chile, gracias a su estabilidad económica y profesionalización agrícola, se posiciona como un destino atractivo para estas inversiones, que diversifican riesgos y fomentan la tecnificación.
El modelo de gestión de terceros ha sido clave, permitiendo que fondos y empresas inviertan sin involucrarse directamente en la operación agrícola, como ocurre en el sector hotelero. Esto ha dinamizado fusiones y adquisiciones, ejemplificado por empresas como Hortifrut, que lideran asociaciones y expansiones globales en mercados emergentes como India. Además, estas inversiones ofrecen a los agricultores acceso a capital y herramientas modernas, asegurando continuidad en un sector cada vez más demandante.
Este despertar del interés inversionista beneficia tanto a grandes actores como a pequeños agricultores, consolidando la agricultura como un activo emergente con proyección sostenible y rentable. La profesionalización del sector y el cumplimiento de estándares normativos refuerzan su atractivo para inversionistas que buscan escalabilidad, estabilidad y rentabilidad a largo plazo.
Fuente: RedAgricola, 26 de diciembre 2024