Chile se prepara para vivir una nueva temporada histórica en su industria frutícola. Según proyecciones del Comité de Cerezas de Frutas de Chile, la campaña 2025-2026 alcanzará cerca de 655.000 toneladas de cerezas frescas, equivalentes a más de 131 millones de cajas exportadas al mundo. Esta cifra reafirma la posición del país como el principal exportador global de cerezas frescas, con una participación cercana al 50 % del comercio mundial.
El mercado chino continúa siendo el motor de esta expansión: se estima que más del 90% de los envíos tendrán como destino Asia, donde las cerezas chilenas se asocian con prosperidad y buena fortuna durante el Año Nuevo Lunar.
Sin embargo, la industria chilena también está diversificando destinos hacia Corea del Sur, Tailandia, Estados Unidos y Brasil, fortaleciendo su presencia global.

“Chile se ha posicionado como un origen confiable, con fruta de excelente calidad, trazabilidad y cumplimiento logístico”, señalan desde Frutas de Chile.
“El desafío ahora es mantener la calidad premium y abrir nuevos mercados sin perder competitividad”, agregan.
Una oportunidad agrícola con raíces sólidas

El auge de las cerezas no es casualidad. La combinación de condiciones climáticas óptimas, tecnología de riego y manejo agrícola avanzado, y una cadena logística eficiente ha permitido al país mantener una curva de crecimiento sostenido en los últimos 10 años:
- Las exportaciones se cuadruplicaron en una década, pasando de 32.000 a más de 130 millones de cajas.
- Chile lidera ampliamente frente a países como Turquía, Estados Unidos y España, los cuales enfrentan caídas de producción por factores climáticos.
- La producción global de cerezas caerá cerca de 10% este año, lo que abre una ventana favorable para los exportadores chilenos.
De acuerdo con el portal especializado Grand View Research, el mercado global de cerezas alcanzará un valor estimado de USD 102 mil millones al 2030, con un crecimiento anual compuesto cercano al 7%. Este escenario refuerza el atractivo del sector agrícola exportador como alternativa de inversión real y sostenible.

Estas cifras confirman el peso de la cereza en la economía agrícola global, posicionando a Chile como un actor clave en un mercado en constante expansión.
Más que una fruta: un motor económico nacional
La cereza es hoy uno de los productos agrícolas de mayor retorno por hectárea en Chile.
Cada temporada genera miles de empleos, impulsa el desarrollo de regiones como el Maule, Ñuble y O’Higgins, y contribuye significativamente a la balanza comercial del país.
Además, la creciente demanda por fruta fresca de alta calidad —impulsada por consumidores asiáticos— convierte a este rubro en una oportunidad estratégica a largo plazo.
El campo chileno demuestra que la sostenibilidad también puede ser rentable.
En un contexto global donde la producción agrícola enfrenta desafíos climáticos y de oferta, Chile continúa demostrando que la inversión en la tierra, la tecnología y la gestión agrícola profesional puede rendir frutos sostenibles.
El caso de la cereza —una fruta que cada temporada vuelve a batir récords— es un reflejo de cómo el campo chileno combina tradición, innovación y oportunidades reales de crecimiento económico.

